domingo, 7 de septiembre de 2008

Las manos voladoras

Miro atentamente el cuadro de las manos voladoras.
Esas aves de color rosado cruzan sus miradas
sin decirse nada,
pero a la vez, diciéndose tanto.

Allí, quietas.
En aquella biblioteca.
Posadas eternamente en una rama.
En mi mundo bidimensional.

La infancia está siempre presente.
Mis recuerdos, mis vivencias.
Ese y tantos otros veranos, fui feliz
allá en el Delta.

Sus alas extendidas al cielo
reviven mi libertad perdida.
Detrás de ellas, un fondo blanco.
Rememora aquellos momentos de paz.

¡Qué lindos momentos!
¡Cuánta tranqulilidad hay allí!
Los días eternos, las noches silenciosas.
Aún así, llenos de vida.

Tantos años han pasado,
y mis recuerdos siguen vivos.
¿Y mi alma de niño?
Allá en el Delta, con mi padrino.

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